"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


sábado, 31 de diciembre de 2011

SEVILLA-ALMERÍA

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Sevilla-Almería, noviembre-diciembre, año 2011, y dos atardeceres capturados por una pequeña cámara fotográfica de un simple teléfono móvil. Sobran muchas letras ya, y algún dígito también.

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jueves, 22 de diciembre de 2011

¡SALUD Y BUENA COMPAÑÍA!



Se acaba este año, uno de los más difíciles y complejos de los pocos que llevamos recorridos del siglo XXI. También terminan, con esta buena intención que anuncio en el título, mis colaboraciones periódicas con la utreranísima revista Vía Marciala. Una temporada completa, doce meses doce, que deseo hayan disfrutado sus lectores, al menos una duodécima parte de lo que ha disfrutado contando sus cosas éste quien suscribe.

Y tenía que ser en diciembre, en vísperas de las Navidades, en el mes duodécimo y a las puertas de 2012 . Pues sí, tenía que ser, y porque quería sin más desear a todo el mundo mis mejores intenciones. Como siempre intentaré justificarme y motivar mi deseo, aunque en este caso no hace falta ninguna. Tampoco me gustaría nada que se interpretara esta última reflexión de la temporada como una expresión al uso de un comercial consejo de auto-ayuda; nada más lejos de mi pretensión.

Frases y expresiones cargadas de buenas intenciones, y más en estas fechas, las hay a patadas. Lo de a patadas me ha quedado un poco violento, o futbolístico, la verdad. Más políticamente correcto sería desear lo que dicen las misses, aquello de “La paz en el mundo”, o lo de “paz y amor” que dirían los hippies, o desear tener “dinero, trabajo y amor”, quizás un tanto materialista, pero tal como están las cosas...

Más elevado si cabe, y utópico a la misma vez, sería desear “la felicidad”, ese estado de grata satisfacción espiritual y física, estado de ánimo del que disfruta de lo que se desea, satisfacción, alegría o contento, sin ausencia de inconvenientes o tropiezos. Sería perfecto sí, pero imposible siempre y en todo momento. La vida es otra cosa.Como digo, yo me conformo (aunque sé que no es poco) con “salud y buena compañía”. La salud es el nivel más básico y principal a partir del cual el ser humano puede aspirar a cubrir necesidades y deseos más elevados. Hablo de salud física y de salud mental, aunque entiendo que ambas van indisolublemente unidas, interrelacionadas y en el mismo grado de importancia.

A partir de esta premisa básica, quizás una de las claves para ser un poco más felices, pudiera ser encontrarnos en esa buena compañía que todos sin excepción necesitamos. Podría ser la del amigo que te oye en un café ante una decisión que tomar o ante un posible problema al que hacer frente. La de una madre, o una abuela, que te oye, asintiendo o no, con la que te desahogas, que te hace alguna pregunta que parece ajena al previsible fondo del asunto pero que ayuda y te da seguridad y confianza. O la compañía de un padre, que igualmente sabes que está ahí, que te oye, te da su opinión y después sabes que pase lo que pase, seguirá estando ahí después, previo el inevitable “te lo dije, sabía lo que te iba a pasar”. Y qué decir de la compañía de una pareja, incondicional siempre, que te equilibra, en lo bueno y en lo malo. En fin, las personas, siempre las personas.

Termino con una cita que me gusta mucho y con un libro que igualmente estoy seguro me gustará. La cita es de un personaje que representaba la actriz inglesa Emma Thompson, y que decía que “cuando me necesitáis y no me queréis debo quedarme; cuando me queréis y no me necesitáis debo irme”. El libro, “La felicidad de las cosas pequeñas”, del periodista Antonio San José, y que propone la necesidad de vivir despacio, de saber identificar esos momentos de la vida cotidiana, esos instantes que hacen que la vida sea más agradable y “tener la actitud vital” de querer disfrutarlos.

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2012, y ya vendré de visita de vez en cuando...

miércoles, 7 de diciembre de 2011

LA RUTA DE LOS CORTIJOS Y DE LA CAMPIÑA A LA MARISMA

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Tras este sugerente título se encuentra una singular experiencia, o más bien dos, que se han desarrollado en este benigno otoño (climatológicamente hablando) en nuestra localidad. Se trata de una nueva modalidad deportiva, medioambiental, puede que cultural, pero que sobre todo se caracteriza por su carácter social, por lo que de convivencia ha supuesto para todos participantes, y que han sido al rededor de una centena entre ambos encuentros.

Junto a Juan José Alfaro (co-promotor de estos eventos) y Esteban de Manuel (nuestro ilustre invitado)


La Ruta de los Cortijos, el primer recorrido atlético, se celebró el día 25 de septiembre, de Utrera a El Palmar de Troya, y recorriendo una distancia aproximada de 14,5 kms. La media maratón de Utrera a Trajano, es decir 21.097 metros de la Campiña a la Marisma, tuvo lugar el domingo 6 de noviembre, siendo ambas pruebas de carácter NO COMPETITIVO y que fueron organizadas por los veteranos y veteranas del Club Utrerano de Atletismo y por cdc Trajano de Utrera respectivamente, y las dos con la colaboración de Protección Civil de Utrera.


Grupo de atletas tras el Recorrido Atlético hasta el Palmar de Troya


Estas interesantes iniciativas responden a otra forma de practicar y vivir el atletismo popular, en la línea más deportiva del Turismo Sostenible de Bajo Impacto, donde se potencian las relaciones humanas en unos entornos naturales como son los veredas y caminos de la Campiña y la Marisma de nuestro diverso término municipal de Utrera, sumándose a estos encuentros, y siendo parte fundamental, un animoso grupo de marchadoras/senderistas y de varios cicloturistas, que igualmente han participado activamente tanto en los necesarios puntos de avituallamiento como en la limpieza y conservación de los caminos y veredas.

En cada uno de los dos encuentros, partiendo ambos desde la Fuente de Ocho Caños y la Vereda Real pasando por el Cordel de Pico de Mesas y Arca del Agua, se han podido visualizar cortijos, antiguos abravaderos, las reses bravas de la ganadería de Guardiola en El Toruño, el Puente Romano de Las Alcantarillas o recorrer un tramo junto al Canal de Los Presos, finalizando uno en la entidad local autónoma de El Palmar de Troya, y el otro en el pueblo de colonización de Trajano.


Atletas del cdc Trajano de Utrera, PuertaParque y Utrerano de Atletismo


Tras las pruebas, sus organizadores hicieron entrega de los respectivos certificados y diplomas conmemorativos para los finalizadores y finalizadoras, en un sencillo acto y refrescante avituallamiento final in situ (El Palmar de Troya y Trajano), siendo origen y posterior materalización de la idea de consolidar anualmente estas pruebas no competitivas.


Rosalía Romero y Carmen Rodríguez en su llegada a Trajano


Además de los dos clubs promotores, se ha contado con la participación de los atletas de PuertaParque, así como de otro grupo de atletas independientes utreranos y algún que otro invitado ilustre, previéndose para la próxima primavera la tercera cita, que será organizada por el Club PuertaParque de Utrera en un recorrido aún por determinar. Termina esta pequeña crónica apuntando la idea y consolidación del más que probable Circuito Utrerano de Carreras y Marchas Populares No Competitivas.
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