"Ética, sobre la moral y las obligaciones;
estética, de la belleza y el arte;
y otras cosas..."


domingo, 28 de diciembre de 2014

CAPACIDAD DE ASOMBRO





“El día que perdemos la capacidad de asombro comenzamos a envejecer”. Así de sencillo, breve y directo. Este sería el mensaje clave, la idea fuerza que me gustaría tener presente en todo momento para el próximo año nuevo, para los próximos tiempos. El objetivo sería recordarlo de forma clara e inequívoca para no caer en esa pérdida de capacidad buscando todo lo contrario, es decir, hay que asombrarse y emocionarse todo lo que sea posible y siempre que se pueda. Y sé que no va a ser nada fácil, lo sé. Pero hay que intentarlo.

Porque en el intento está la posibilidad de alcanzar el éxito o un logro. Hace mucho tiempo aprendí que es importante ponerse metas y objetivos por encima de nuestras posibilidades, pero no imposibles o inalcanzables; por encima, pero cercanas, para eso mismo, para acercarnos cuanto podamos a su consecución. Otra cosa nos llevaría a la más que segura desmotivación y abandono sin intentarlo apenas. En cambio, esforzarnos por alcanzar nuestro cercano y motivador objetivo, nos mantendrá despiertos, atentos, con la tensión necesaria, vivos en definitiva. 

Y es que con la edad, a medida que  se van cumpliendo años, cada vez más nos asombramos menos, lamentablemente. La situación general actual tampoco es que acompañe mucho, la verdad sea dicha. Por poner ejemplo, uno propio mejor, es que cada vez me equivoco menos con las personas, claro que eso es parte de mi trabajo. Tristemente he tenido que concluir y claudicar que no me ha sorprendido tal o cual persona, pero sí que me ha decepcionado. Por eso cuando alguien me sorprende gratamente no dejo de alegrarme, casi emocionarme, aunque me haya equivocado en la previsión. Lo mismo me pasa cuando pasa algo bueno e inesperado, de forma individual o colectiva, que me alegro aún más, porque eso es lo que nos hace falta, alegrarnos un poco y no decepcionarnos tanto.

La capacidad de asombro se tiene intacta en la infancia. Los niños se sorprenden constantemente en el descubrimiento de lo nuevo, por simple que sea, como ver por vez primera pasar un tren, o un avión, y abren los ojos de par en par, dibujan una “o” con sus labios, y se les ilumina la cara. Esa capacidad va unida a la fantasía y a la inocencia, pero poco a poco se va transformando, quizás advertidos ante los miedos de sus mayores,  de la dura realidad, del “ten mucho cuidado”, del “no te fíes de nadie”. Y mira que es bonita esa inocencia, la de la noche de  los Reyes Magos o las visitas del Ratoncito Pérez, o de la cigüeña que trae a tu casa un hermanito, una hermanita, o ambos dos. La que se emociona con un cuento o una marioneta hecha con un viejo calcetín y dos botones.

Pero esa capacidad, y otras, poco a poco van desapareciendo en muchas personas. A algunas les desaparece de golpe. No es el caso de dos personas de las que me acuerdo de mi época de estudiante cuando daba clases particulares de E.G.B. en el siglo pasado, un niño de no más de seis años (hoy un hombre y padre ya), y una mujer de más de sesenta, ya octogenaria (le falta poco para ser bisabuela), y que aprendieron a leer conmigo y que me enseñaron mucho. Antoñito no había forma de que leyera en su cartilla Micho la palabra “churro”: “ch-u…chu, rr-o…rro, chu-rro, y ahora todo junto Antoñito”. Y Antoñito, en él todo gracia y desparpajo, me dijo: “ca-len-ti-to”. Mi cara de sorpresa y alegría sería un poema, y él se ganó un fuerte apretón de manos, casi un abrazo. Valle, casi con vergüenza, me dijo que quería aprender leer, a pesar de su edad, me decía. No fue para mí tan fácil como con Antoñito, pero la satisfacción fue indescriptible cuando mi alumna leyó su primer texto completo, después un cuento y algún que otro libro. Sus caras y la mía eran la misma, la de asombrarnos, emocionarnos, alegrarnos e ilusionarnos, mutuamente. 
  
Alguna vez he recomendado algún libro. En esta ocasión  recomendaré una película, o que se vuelva a ver si se puede. Se trata de la oscarizada “La vida es bella”, de Roberto Benigni, y que cuenta la historia de Guido, Dora y Giosuè, una historia para asombrarse y entrenar la capacidad de, de asombrarnos, digo.


¡Feliz Navidad y Feliz Año 2015! 



martes, 23 de diciembre de 2014

CON EL DESEO DE QUE LE INTERESE





A lo largo de mi vida sólo me han dedicado un par libros o tres, con su correspondiente dedicatoria nominativa por parte de sus autores. No han sido muchos, la verdad, y eso que de libros tenemos unos cuantos de cientos, y de cuentos, cien y cientos.  El motivo puede ser que no soy muy mitómano que digamos, y porque lo cierto y verdad es que siempre me ha dado un poco de vergüenza, pudor, o lo que sea. Por poner un ejemplo, diré que jamás he pedido un autógrafo a ninguna persona famosa, aunque ganas no me han faltado alguna que otra vez, y lo de hacerme una foto, mucho menos. En fin, cosas mías.

Y para un libro que me dedican recientemente, previa adquisición, haciendo mi correspondiente cola, tras una presentación solemne solemnísima, la dedicatoria es: “Para Diego, con el deseo de que le interese este libro. Un abrazo” (Firma ilegible). Que desea me interese, dice el autor. Pues bueno, en eso no se va equivocar el hombre, porque si no me interesara como que no hubiera ido a la presentación y no hubiera comprado su novela. Pero “no” es una palabra  muy corta  y muy contundente. Porque con las referencias que tenía,  yo sabía positivamente,  y estaba más que seguro, que me iba a gustar, y claro está, adelanto desde ya que efectivamente sí me ha interesado, no sea que alguien interprete a priori de forma contraria.




Cuando leí por primera vez la dedicatoria, in situ y delante del novelista, me pareció austera, sencilla y muy modesta. Me sorprendió, un poco, pero no tanto. No sólo por conocer la biografía del autor, su humanista y vasta formación, su dilatada y polifacética trayectoria profesional, sus múltiples publicaciones, sino también porque dedicaba su libro a una persona desconocida, cosa de la que nos olvidamos cuando estamos delante de alguien reconocido o famoso, que como lo vemos frecuentemente en los medios de comunicación, se nos olvida la imposible reciprocidad del trato, su conocimiento y mucho menos el reconocimiento. El autor se llama Antonio Guerra, y su libro “La Mina”.

No piense que voy a hacer ninguna crítica de La Mina. Ya se ha escrito en nuestra revista sobre el autor y sobre su libro, primera parte de una trilogía  que se completará en los próximos años. Diré, eso sí, que es una novela muy especial,  de ficción pero histórica, cercana que trasciende lo local, de verdad como la vida misma, tierna y muy dura a la misma vez,  que va de menos a más, que desde la narración  impersonal o colectiva de un grupo de jóvenes, de forma intencionada  va confundiéndose con la primera persona y muy personal de uno de ellos, para terminar envolviéndote y pensando al final que, efectivamente, nos encontramos ante una novela verdaderamente singular, como  muy bien la define su editor y nuestro querido director Salvador de Quinta.  

Digo que no, pero no puedo. No puedo dejar de comentar algo más. En el libro hay dos personas que dicen algo parecido a lo de mi dedicatoria-deseo del autor. Son dos defensores y amantes de la libertad, maestros o profesores del protagonista, del joven que cuenta la historia, la de su pueblo, la historia que trasciende de lo local. Docentes ambos como lo ha sido, como lo es el propio autor, uno afirma, “…me han interesado mucho estos siete capítulos…”; el otro, casi al final pregunta modestamente tras una poética clase magistral “¿De verdad os ha interesado?”   

“Pues sí, me ha interesado, de verdad, y mucho. También muchas gracias, porque cada vez que la leo me gusta más mi personal y nominativa dedicatoria. Otro para Usted”. 


lunes, 8 de diciembre de 2014

FRASES, CITAS Y PENSAMIENTOS (IV)















Hace ya mucho tiempo, en una época de mi vida profesional, visitaba un despacho de vez en cuando, el de un buen funcionario que tenía muy cercana su merecida jubilación. Detrás de su mesa, entre el cristal y la madera de un mapa de la provincia de Sevilla, tenía escrita de su puño y letra dos citas. Nunca le pregunté si eran suyas, ni desde cuándo las tenía escritas, pero un día que se ausentó un momento se las tomé prestadas, y son éstas que se comparten ahora.


"Sólo somos dueños de nuestros silencios; la palabra dada ya no nos pertenece".

"El principal objetivo del conocimiento no consiste en abrir la puerta de la sabiduría infinita, sino en poner coto al error infinito".




lunes, 10 de noviembre de 2014

FRESES, CITAS Y PENSAMIENTOS (III)















"Cerrar los ojos ante la evidencia es frecuente en las personas que no quieren creer en las desagradables consecuencias fruto de sus propios errores y obstinación" .

"Nuestras dudas son traicioneras y nos hacen rehusar del bien que podríamos alcanzar por el temor a intentarlo".


(William Shakespeare)



miércoles, 8 de octubre de 2014

ÁRBOL CAÍDO



La recreación fotográfica se ajusta fielmente a la realidad, o casi. Sólo la primera fotografía no corresponde con el malogrado árbol, ya que se trata de la imagen del ejemplar más parecido que pude encontrar, a no muchos kilómetros de donde se encontraba plantado nuestro singular protagonista.

Las fotos son de un eucalipto (Eucalyptus), cuyo significado etimológico viene a ser  algo así como «bien cubierto». Oriundo de Australia,  concretamente se trata de un eucalipto rojo o eucaliptus camaldulensis, que  junto con el pino, fue muy utilizado en los años 60 y 70  para reforestar, por su crecimiento rápido, pues junto a los chopos, son de las especies más productivas en cantidad de madera. Una nota característica, aunque lo es de casi todas las plantas y árboles, es que se expanden cerca de los cursos de agua. Es considerado como un árbol familiar, que produce muy buena sombra, necesaria en lugares de temperaturas extremas, y que estabiliza bancos de ríos y retiene el suelo. En su contra, pesa el hecho de que están ávidos de agua (alguna vez se han utilizado para desecar pantanos) y también sobre ellos pesa la leyenda de ser "hacedores de viudas", por la frecuencia con que se le rompen y se le desprenden sus ramas, sin previo aviso. 





La introducción "wikipédica" podría explicar de por sí la triste historia de este árbol foráneo nacido y criado en Andalucía, del motivo de su plantación, y de su propio final, porque alguien se encargó de acabar con él (doy fe de que no fue una viuda vengativa), aunque bien es cierto que resistió estoicamente más de viente años en pie cuando estaba más que sentenciado y finiquitado, hasta que el pasado invierno una tormenta con fuerte viento lo hizo caer a plomo derribándolo de forma definitiva, como apiadándose de él. Así es y así lo estoy contando, porque a pesar de que su soledad olvidada y la estampa de su tristeza ha inspirado hasta este artículo en Vía Marciala y unas pocas fotografías, se hace con el objetivo único de que se conozca su historia y para que no se olvide que existe mucho maltrato, no sólo de los humanos hacia sus semejantes, sino también hacia los animales que nos acompañan, y también sobre muchas especies vegetales que nos rodean. 






A mediados de la década de los ochenta, este ejemplar y otros cercanos a ambos lados de una carretera comarcal de nuestro término municipal y colindante con varias fincas rústicas de cultivos, de algodón principalmente, comenzaron a secarse de forma sorpresiva: primero amarilleaban sus hojas y en poco tiempo quedaban totalmente desnudos. Con la misma rapidez con la que actúa el picudo rojo en las palmeras hoy en día, y justificada su desconocida y mortal enfermedad, eran talados y arrancados de la tierra de raíz de forma inmisericorde. "Ya no beberán más agua de riego y los cultivos podrán crecer sin la molestia de este árbol extranjero", pensaría el inductor, autor intelectual que a buen seguro pagaría una mísera cantidad al ejecutor y autor material para conseguir el fin deseado. 

El modus operandi no era otro que agujerear la base del árbol con un taladro de grandes dimensiones (como una sacacorcho gigante) para posteriormente rellenar con gasoil, las veces que hiciera falta hasta  que se secara. Así se encargaría de reconocer el propio sicario de árboles en la barra de un bar con la lengua suelta, pero con pelos y señales del encargo. No me extraña que este sujeto acabara en la cárcel años más tarde, por otros delitos, porque aunque en aquel tiempo no se consideraba estos actos como tales y no existía la protección de la flora, fauna y animales domésticos de nuestro actual Código Penal, yo que aún era un adolescente, consideraba tal acto como innecesario y reprobable, en sus distintos grados de participación.






Es otoño, todo parece languidecer y entristecerse tras el largo verano, pero no quiero acabar de forma negativa ni melancólica, lo que ya es una contradicción en sí misma por el inevitable final. Aún así, nos quedaremos, pues, con una de esas reflexiones anónimas propia de las actuales redes sociales de alguien con mucha más sensibilidad que los humanos de esta historia, alguien que imagina los consejos que podría recibir de un árbol, porque todo el mundo sabe que a quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija: "Párate derecho y orgulloso, recuerda tus raíces, toma mucha agua, sé feliz con tu propia belleza natural, y disfruta de la vida y del aire libre".  




martes, 16 de septiembre de 2014

REGALO INESPERADO













En días raros como el de hoy, al final de un largo verano, con calor aún pero con lluvia, nublado y un poco triste, está bien dejarse regalar una bonita melodía. La canción se llama "Le chose che sei per me", versión de la cantante británica Katherine Jenkins.






martes, 2 de septiembre de 2014

HISTORIAS CON BICICLETAS (III). PARTICULAR HOMENAJE A FERNANDO HERNÁNDEZ "JUANILLÓN"





Hay una cita anónima del mundo del ciclismo que dice que “No se deja de pedalear cuando se envejece, sino que se envejece cuando se deja de pedalear”.  Los que somos de Utrera, tenemos una referencia inequívoca de la veracidad de esta reflexión sobre quienes practican el deporte de las dos ruedas, y es que quienes conozcan a Fernando Hernández (más conocido en el mundo ciclista como Juanillón), podrán dar fe de su vitalidad, lozanía y buen ánimo, todo un personaje y todo ejemplo para los más jóvenes.  De Juanillón se  puede escribir toda una biografía deportiva de su dilatada y laureada carrera cuasi profesional.  Habitual de los pódiums obteniendo premios y reconocimientos en eventos cicloturistas en los que sigue participando, cuenta ya con  tres cuartos de siglo en sus piernas, y suma y sigue.





Hace unos meses Juanillón dejó de verse por un tiempo en sus habituales salidas en bicicleta de montaña. Hay que decir, que se apunta  con cualquier grupo organizado que emprenda rutas, entre semana o en fines de semana, y de verde casi siempre, pues viste tanto los colores de la Peña La Fábrica Nieve como de la Asociación Legiones de Leptis, y si llueve, se le reconoce de lejos gracias a su exclusivo chubasquero color amarillo anaranjado, y es que no para. “Tiene un hombro fastidiado de un pequeño accidente, pero nada grave, pronto vuelve”, me dijeron, y me quedé más tranquilo. Pero el que no estaba tranquilo era él, ni había dejado de salir de forma habitual. Yo mismo lo descubrí en Vistalegre, en la antigua carretera de Molares, el solo, arriba y abajo, en su bicicleta, de paisano, con un alfiler de la ropa en los bajos del pantalón para no marcharlo de grasa, con su lesionado brazo en cabestrillo, y no perdiendo la forma física para así poder participar en la III Marcha Cicloturista “El Mostachón”, que organizó el Club Utrera en Bici en el mes de junio.




Pues bien, el caso es que de Juanillón se cuentan muchas historias y anécdotas, y él mismo también las cuenta muy jovial y campechano. Por poner un ejemplo de su perfil deportivo en sus comparecencias kilométricas, él no toma modernidades tales como barritas energéticas y geles isotónicos, no, el se repone con mantecados y polvorones de Estepa, hasta en los meses de Julio y Agosto y a las siete de la tarde, “para que no se me caduquen”, dice él. Aunque para historia, una de las mejores y muy  divertida,  fue la que ocurrió  hace menos de un año en una ruta de las que organiza mi amigo Antonio Soria con La Fábrica de Nieve, a la que lamentablemente no pude asistir, pero que contadas en sus distintas versiones por testigos oculares y contrastadas con el propio protagonista y su hijo Stefan, reproduzco a continuación como si hubiera estado allí mismo.

El numeroso grupo de ciclistas de montaña  en el que iba Juanillón  ese día rondaba casi la treintena, y no se podían imaginar que la ruta vespertina entresemana sería una de las más cortas en kilómetros que se recuerde y  también una de las más recordadas, y todo por culpa (aunque yo diría más bien por arte y gracia) de nuestro veterano mountain biker de referencia. Hete ahí que en dirección a la Marisma, pasado el Cortijo del Toruño por el camino paralelo a la vía del tren y antes de llegar a Las Alcantarillas, el grupo se detuvo en seco: ¡Para, para, para…! ¿Qué ha pasado? ¡Que Juanillón ha perdido su dentadura! ¿Pero cómo ha sido eso? ¡Nada, que como íbamos tan rápidos en una arrancá y del esfuerzo se le ha salido! ¿Pero cuándo? ¿Dónde? Todas las preguntas claves, vaya. Se  pueden imaginar la situación, a medio camino entre el desconcierto, la sorpresa, la incredulidad inicial, risas, sonrisas, y la posterior  solidaridad ante el singular extravío del compañero y amigo. Estuvieron dos o  tres horas buscando, todo el grupo, pero nada, se tuvieron que volver para Utrera antes de que se hiciera de noche, con Juanillón preocupado y sin su prótesis dental, que además era nueva y le había costado un buen dinerito.

De la noticia tuve conocimiento a  través de una conocida red social de telefonía móvil (del WhatsApp para ser exactos), y del seguimiento y desenlace final también, aunque enriquecido meses más tarde con aportaciones de los propios protagonistas, de viva voz, en persona y con una cervecita de por medio. ¿Pero no te diste cuenta Fernando?   “Hombre, yo sí  me di cuenta, pero como íbamos rapidillos si paraba de golpe era peligroso, porque íbamos veinte o treinta, y tirando, así que tardamos en parar por lo menos doscientos o trescientos metros. Chispa más o menos, yo sabía donde se me había caído, pero una cosa tan chica y en medio de un camino de tierra, ya se sabe…”.  Acompañado por su hijo se fue al sitio al día siguiente, del que tenía algunas referencias geográficas, pero nada, no hubo suerte.  Él solo fue una tercera vez, con igual e infructuoso resultado. En esto que va a su médico dentista, quien le informa que la reposición le va a costar mil euros. “¡Mil Euros! ¡Déme usted 24 horas!” Se va por cuarta vez al lugar, más que trillado y sectorizado por zonas, echa casi otro día entero buscando, “vamos, los ojos se me iban a salir de tanto buscar”, y cuando ya desanimado y apesadumbrado volvía a su coche dando por perdida su prótesis de forma definitiva (y los mil euros también), va y la encuentra al fin casi por casualidad “¡Allí mismo estaba! ¡Al lado de mi coche!” ¡Menos mal!

Aunque esta historia con bicicleta seguro provocará alguna que otra sonrisa, incluso puede que risa y hasta contagiosa, está escrita con todo el cariño, admiración y respeto por el deporte de la bicicleta en general, y por el amigo Juanillón en particular, al que le rindo mi humilde homenaje. Y es que como dijo el novelista, H.G. Wells, autor del El hombre Invisible entre otras novelas de ciencia ficción, "Cuando veo a un adulto en una bicicleta, no pierdo las esperanzas por el futuro de la raza humana". Pues lo mismo me pasa a mí cuando veo en bici a personas como Fernando Hernández, y esto no es ciencia ficción, sino real como la vida misma.




● Entradas relacionadas:

HISTORIAS CON BICICLETAS (I). EL TAPER DE ESPINACAS CON GARBANZOS Y LA CHUPITA DE COLOR AZULINO

HISTORIAS CON BICICLETAS (II). TORNOS DE NO RETORNO O MAÑANA DE LUNES


viernes, 29 de agosto de 2014

FRASES, CITAS Y PENSAMIENTOS (II)
















"Cada poco cuenta" (Refrán catalán).

"Ni so que te pare, ni arre que trote" (Dicho andaluz, otra versión  de "Despacio y buena letra" o "Sin prisa pero sin pausa").

"Es maravilloso ser importante, pero es más importante ser maravilloso" (Anónimo).

"Tu casa puede sustituir al mundo. El mundo jamás sustituirá a tu casa" (Anónimo).
                                           
"La vida no es un pasillo recto y fácil por el que viajamos libres y sin obstáculos, sino un laberinto de pasajes en el que debemos hallar nuestro camino, perdidos y confundidos, una y otra vez atrapados en un callejón sin salida. Pero si tenemos fe, Dios abrirá una puerta que aunque tal vez no sea la que queríamos, al final será buena para nosotros" (A.J. Cronin).




viernes, 8 de agosto de 2014

FRASES, CITAS Y PENSAMIENTOS (I)

















Se inaugura una nueva sección del blog con el nombre mismo de esta entrada y que poco a poco se irá completando, hasta llegar (como ha pasado con las mismas entradas del propio blog) a la actualidad, al tiempo real y presente en que se producen o se van recopilando. Puede que también en el futuro exista algún tipo de clasificación, lógica o temática, pero aún es pronto.

Se trata pues de recopilar aquellas frases, dichos, citas, refranes, y hasta textos a modo de pensamientos, (algunos propios y la mayoría prestados), que van en la línea humanista que de forma transversal se intenta seguir el blog. Y si no se consigue la referencia ética y/o estética, como ya saben, se podrá catalogar de "otras cosas", y  tampoco pasa nada.

Comencemos por algunos propios...

"Tengo que intentar  ser feliz y hacer feliz a las personas que me rodean. Pero si por hacer feliz a los demás yo no lo fuera, entonces habría que replantearse la cuestión". 
                                                                                     
                                                                                     (Cuando joven)


"Para mí no hay nada imposible, y lo posible me gusta".

                                                                                    (Aún más joven)


"Nadie es tan perfecto como para presumir de serlo".

                                                                                        (Ya adulto)


"La profesionalidad, y la integridad, protegen el trabajo de las personas".

                                                                                   (No hace tanto...)


viernes, 25 de julio de 2014

LA HISTORIA, SIN TEMBLOR NI TEMOR



















Tomando prestado de Fernando Sabater el título de uno de sus libros divulgativos sobre la filosofía, comenzaré por decir que es recomendable siempre casi todo tipo de lecturas, pero además, como el momento histórico es el que es (con cambio de monarca incluido), se traen en esta ocasión algunas propuestas de lecturas con la  Historia de fondo y alguna que otra reflexión, histórica, entiéndase.

Paul Preston, el insigne hispanista inglés, heredero de otros ilustres historiadores británicos sobre la Historia de España como Gerald Brenan o Hugh Thomas, defiende que “una historia bien narrada es una delicia”, reconociendo haber aprendido que “el rigor y la disciplina de la Historia no tienen por qué reflejarse en monólogos aburridos”. A Preston se le atribuye la frase “Quien no conoce su historia está condenado a repetir sus errores” y que él cita como refrán. En realidad la cita es del filósofo estadounidense de origen español George Santayana (Jorge Ruiz de Santayana, 1863-1952), quien dijo literalmente que “Los que olvidan la Historia están condenados a repetirla”.

Tengo que reconocer que soy lector de Historia principalmente a través de la novela histórica. Aunque a veces se le atribuyen a estas novelas falta de rigor y de base científica (no se debe generalizar), también es cierto que estas dos circunstancias frecuentemente hacen incompatible que la lectura histórica nos atraiga y nos enganche. Aunque todo puede llegar a ser compatible, sobre todo a través de fórmulas menos académicas y ortodoxas. Por ejemplo, los que ya pasamos de una determinada edad (más de cuarenta, un decir), éramos y aún hoy seguimos siendo fans de los comics de Asterix y Obelix, donde además de reírnos con las cosas de los romanos y los irreductibles galos, también contextualizábamos esa parte de la Historia que fue el Imperio Romano, conocíamos figuras como Julio César o Cleopatra, expresiones latinas, nociones de geografía histórica, y además todo ello casi sin darnos cuenta, sin ningún esfuerzo, y sobre todo, divirtiéndonos.







La equivalencia actual de los comics (y de algunas series de televisión como Érase una vez el hombre), la encontramos hoy en los vídeo juegos, aunque nos cueste mucho más esfuerzo que a nuestros hijos y con cierta dosis de incomprensión/desconocimiento en la dinámica del propio juego/diversión, que todo hay que decirlo. Por ejemplo con la saga de Imperium, se reeditan las grandes batallas de las legiones romanas; con Assasin´s Creed desde las Cruzadas de la Edad Media en Tierra Santa, hasta el Renacimiento Italiano, la Guerra de Independencia Americana o la Piratería del Caribe; con Call of Duty, Medal of Honor, Wolfenstein, la II Guerra Mundial, y con Metal Gear Solid 3 Snake Eater la Guerra Fría y la Crisis de los Misiles de Cuba (Fuente: Javier Gómez Romero).










Dicho todo ello, volvamos a la Historia escrita, la de toda la vida. La propuesta de lectura en realidad son dos: La Pequeña Historia de España y La Pequeña Historia del Mundo, de Manuel Fernández Álvarez y Fernando García de Cortázar respectivamente,  ilustradas ambas por Jvlivs, y editadas por Espasa. En dos estilos diferentes, y no exentos de rigor y respeto por la Historia, cada una de estas pequeñas obras maestras nos dan una visión completa hasta nuestros días de la Historia de España desde las Cuevas a Atapuerca hasta las consolidación de nuestra Monarquía Parlamentaria tras el intento de golpe de Estado, y desde la Antigüedad hasta la llegada del hombre a la Luna. Y todo con el ingenio gráfico del dibujante Jvlivs, ilustrador compartido por ambos prestigiosos historiadores, a todo color y con divertidísimas composiciones históricas. Todo un placer de lectura que puede llegar a ser compartida por toda la familia, pues aunque está pensada para niños, puede llegar incluso a gustar más a los mayores.





Como anécdota, y siempre pensando en Utrera, decir que en la Pequeña Historia de España, de forma expresa Manuel Álvarez Fernández cita a nuestra localidad, cuando en los convulsos tiempos de la I República a finales del S-XIX, refiriéndose al cantonalismo, se produjo la proclamación de independencia en cualquier rincón de España, y así en la pág. 232 cita que “Utrera creyó que era la hora de vengar los agravios que recibía de Sevilla”, refiriéndose igualmente los casos de Coria respecto de Cáceres, y como más llamativo cita el alzamiento cantonal de Cartagena. Curiosidades de cosas que pasaron de verdad en la Historia.

Para terminar, y siguiendo con Utrera en la Historia, me gustaría citar también y recomendar los dos volúmenes editados hasta el momento de la Historia de Utrera, con textos de Rosario Barrera y dibujos de Diego Neyra. Dos volúmenes, patrocinados ambos por Caja Rural de Utrera, el segundo con el apoyo de la Diputación Provincial de Sevilla, que editados por el Ayuntamiento en 1992 y 2003 estoy seguro que algún día se retomará el proyecto para continuar nuestra Historia a partir de Clemente y Enrique de la Cuadra, personajes con los que termina el volumen segundo. 






Como decía Napoleón Bonaparte “La Historia siempre vuelve. Y por cierto, la geografía siempre está”.   


martes, 15 de julio de 2014

PORQUE YO LO VALGO





Un poco de autoestima siempre viene bien. Valores como trabajo, esfuerzo, superación, naturalidad y deportividad, debieran ser medios y fines en sí mismos, aunque todos trabajemos por conseguir nuestros propios objetivos.




miércoles, 4 de junio de 2014

MICROLITERATURA (II) RELATOS


Más  que  relatos  son  microrrelatos.  El primero,  aunque  con  cierta base real de localización geográfica y efectiva  venta  de  souvenirs, es pura  ficción  y puro divertimento. El segundo,  no  es que esté basado en  hechos  acaecidos en la realidad,  es  que  en verdad se cuenta tal y cómo pasó...


Abanicos

















Yo era un joven abogado, pasante, que no becario. Por no tener, no tenía ni turno de oficio. Mi padre, para animarme me decía con mucha confianza y ningún argumento: “pues mejor, porque para defender a la chusma y escoria de la sociedad, mejor aprendes y te haces un abogado de los buenos”. Entonces, mi vida cambió en un segundo ¡tú for fai! ¡TÚ FOR FAI! Un tumulto de turistas rodeaba a una mujer gitana en la Plaza de España, y me detuve a investigar. Abanicos de colores, pintados a mano made in china, se los quitaban de las manos los guiris ¡two for five! ¡Dos por cinco euritos, artesanía pura! ¿tú también quieres un par guapetón? Arte, arte, el que tenía la gitana, y para mí toda una revelación: hoy soy especialista en comercio exterior, hablo además de español, inglés, francés y chino, y caló también. La gitana mía es la madre de mis tres churumbeles. Mi padre no me habla.  



¡Niño, ríete!

















Un hijo mío, como su madre, es de carácter retraído, serio y hasta solemne, si se tercia. Cosas de la genética, será. Utrera, mediados de marzo, lunes, cinco de la tarde. Delante del mostrador y del numeroso público, en el ejercicio de recoger su encargo en forma de libro-comic (que no cito por ser su título excesivamente largo para un microrrelato como este que no debe superar un determinado número de palabras), mi vástago adquiere el semblante frío y calculador de un anticuario en la subasta de un incunable: brazos cruzados, rostro impasible. ¡Niño, ríete, que eres más serio que El Viti, que citaba a los toros en el juzgado! Y qué razón tiene el señor. Mas en la librería-papelería de mi amigo Isidoro,  aunque esté cerca de los juzgados, no se llevan y traen asuntos para un rictus tal, y mi hijo (y de su madre), ante mi risueña mirada y mi cómplice arqueo de cejas orientado al desconocido amigo,  regala al respetable su tímida y sincera sonrisa, que tranquiliza y contagia a su interpelante taurino ¡Menos mal! Eso sí, todo ello previo ligero y paternal cosquilleo debajo del brazo, de mi hijo, claro está.


martes, 3 de junio de 2014

VERANO 2014 Y ANUNCIO DE ESTRELLA DAMM




Pues ya lo tenemos aquí, como era de esperar aunque este año un poco más tarde. El anuncio y la música varían un tanto de ediciones anteriores desde la primera edición allá por 2009. En esta ocasión un poco más de rock versión indie y menos guión en torno a un concierto multicultural de bajo coste y cierto éxito en una cala del Mediterráneo. La música viene de la mano del cuarteto londinense The Vaccines.




Me quedo con los mensajes finales, claras referencias a la iniciativa y emprendimiento con diversión y vitalidad cultural que pretende transmitir el spot de la cerveza catalana.

"Levanta de la toalla, 
entrena el alma".




jueves, 22 de mayo de 2014

QUINO, PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS


Joaquín Salvador LavadoQuino,
 argentino e hijo de exiliados andaluces, 
Premio Príncipe de Asturias 
de Comunicación y Humanidades
que por primera vez recae en un dibujante.



¡Felicidades Quino!

miércoles, 14 de mayo de 2014

HISTORIAS CON BICICLETAS (II). TORNOS DE NO RETORNO O MAÑANA DE LUNES













Aunque cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, éste no es el caso de nuestra historia de hoy, porque los hechos acaecidos tienen lugar, hora y hasta protagonistas con nombre y apellidos. Él, un joven arquitecto; ella, una bicicleta de paseo de corte moderno, muy acorde con el propio look urbano de nuestro protagonista y fiel compañera de viaje, pues juntos van a diario a Sevilla en tren de cercanías. Decía  Christopher Morley que "Seguramente la bicicleta será siempre el vehículo de los novelistas y los poetas". Puede que así sea, y es que mi amigo un buen día me confesó que pertenece a la “Poesía Secreta”, un desconocido y selecto club cuyos socios se dedican a escribir poesía para sí mismos por puro deleite y que nunca publican el resultado de su creatividad.

Pues bien, fue lunes cuando pasó lo que le pasó. Una mañana que se le hizo larga, muy larga. La tarde anterior, tras recuperar su cansancio con una ligera siesta, y después de dedicar también toda noche del domingo al estudio de sus exámenes finales, se da una ducha y se pone lo primero que encuentra, que es ropa deportiva blanca, y hasta ropa interior del mismo color se pone, de pura coincidencia. Mirándose piensa “pues no que parezco que voy a una fiesta ibicenca” y sonríe. Pero la mañana llega y el despertador le hace una trastada, o realmente estaba muy cansado. El caso es que se pone un pantalón azul oscuro casi negro, bastante desgastado pero una de sus prendas favoritas, una camiseta y tardando lo mínimo sale que se las pela en su bici camino de la estación.

Después de sacar rápidamente su billete en la máquina expendedora y tras pasar por los recién instalados tornos de acceso y salida, observa que su tren está en el último andén, y para allá que sale corriendo. Baja al túnel y una vez vuelve a salir a la superficie, se da cuenta de que el tren se va, que se está yendo, que lo ha perdido, vaya. ¡Comienza bien la semana!  Resignado, se sienta en un banco y se dispone a comenzar la lectura de una nueva novela, pero en ese momento se le cae su marcapáginas al suelo. Sin levantarse del banco, junto a su compañera de viaje, estira el brazo izquierdo para recoger del suelo su marcapágina, y en ese estiramiento corporal lateral oye el inconfundible sonido-ruido de la rotura de una tela, la de su querido pantalón: Desgarro entre perneras, zona inguinal, trayectoria única entre diez y doce centímetros de profundidad. Y lo peor de todo es que se ve desde lejos el  blanco reluciente de su ropa interior por la rotura del malogrado pantalón. ¡Vaya tela! ¿Y ahora qué?

Mientras valora la dimensión y efectos del daño, se le han quitado ya las ganas de leer. Además, tampoco puede volver de nuevo a su casa: los tornos son un obstáculo para volver a salir (“tornos de no retorno”,  en clave poética). Así que no le queda más remedio que tomar el próximo tren pensando en cómo solucionar su inminente problema o contratiempo: comprar un pantalón nuevo, adquirir sólo un slip color negro y disimular, o no hacer nada y no moverse en toda la mañana una vez se siente en la Escuela. Ya en la capital, valiente él, se dirige a su destino subido en su exclusiva bici, con lo que la dimensión del rajón de su maltrecho pantalón puede ir y de hecho va en aumento. Sabiendo que piensa mejor con el estómago lleno, en su cafetería de referencia pide el desayuno especial de la casa,  de esos que te ponen tostada completa con todos sus avíos, café y zumo. Así de camino  hará tiempo para que abra el comercio de chinos que hay en la zona, pues como es sabido (o eso creía él) en los chinos hay de todo.

A las nueve, con puntualidad británica,  abre el establecimiento de origen asiático de la misma China. Espera un poco a que un joven dependiente, que ha podido comprobar apenas entiende ni habla el castellano, encienda las luces y se coloque detrás del mostrador. Entra, divisa el variadísimo género de forma rápida pero analítica y ve que pantalones de vestir no tiene, si acaso unos coloridos y floridos pantalones como de chándal. ¿Y calzoncillos o slip negros? Sólo para niños, y bien pequeños. Intentar ponerse semejante miniatura le habría dejado sin circulación sanguínea de cintura para abajo, con riesgo grave para su salud y peligro cierto de su futura procreación. ¡Dios mío! ¿Y si compro hilo, aguja y hago un apaño? El set de hilo y agujas que vendían allí no era para un apaño concreto, sino para el de un ejército completo. No venden una aguja y una bobina, no, venden un set con cantidades industriales de distintos tamaños y colores de unas y otras.

Cada vez más nervioso nuestro apurado amigo, no sabía que estaba a punto de rematar la faena cuando hace su entrada en el local el supuestamente padre del joven dependiente. Al preguntarle por un pantalón como el que lleva puesto hace gestos negativos con la cabeza. Señalando una aguja e hilo, igualmente ofrece negativas. Y entonces, al bueno de mi amigo no se le ocurre otra cosa que mostrarle de forma explícita al chino su pantalón roto y señalarle el color blanco de su ropa interior que resplandece sobre fondo oscuro de pantalón. ¡NO, NO, NO! Decía gritando el chino haciendo aspavientos con los brazos acompañados de enérgicos movimientos negativos de su cabeza ¿Qué pensaría el hombre? Mi amigo, colorado como un tomate, y bastante abatido, sale a la calle, coloca la bicicleta en el bicicletero, la asegura por si acaso con doble cadena (sólo faltaba que hoy se la robaran), y resignado entra en la primera clase del día, andando disimuladamente  y sentándose con las piernas muy juntas ¡Vaya día!

Pero como mi amigo es un hombre de recursos, ya más tranquilo y con cierta perspectiva, determina que si hay que coser, se cose. Al pasar delante de la copistería y papelería de la Escuela (Técnica Superior de Arquitectura) camino de su clase, la escena del momento le dio la solución: una chica poniendo grapas a varios cuadernos de apuntes. Pues eso mismo: hace unas fotocopias que necesita, pide la grapadora, y ¡ahora te la devuelvo en un momento! Se va al servicio, se quita el pantalón y con mucho cuidado pespuntea grapa a grapa la rotura del pantalón hasta hacerla desaparecer. “Bien, no se mueve nada, no se ve lo blanco”. Y así esboza su primera media sonrisa, más o menos satisfecho de la  solución encontrada, que aunque provisional y con fecha de caducidad inminente, le servirá para acabar su agitada mañana sin más incidencias. ¡Menos mal!

No le contó nada a nadie y aguantó estoicamente hasta el mediodía. Nada más llegar a su casa, tiró la prueba de sus peripecias por estar más que amortizada la prenda, y cuando me lo contó todo con todo lujo de detalles unos días más tarde, ni él ni yo dejamos de reírnos a carcajadas y a lágrima viva un buen rato con sus tribulaciones, sobre todo imaginándome yo la cara del chino ¡NO NO NO! ¿Qué pensaría que le estaban pidiendo? ¡Están locos estos españoles! En fin, cosas que pasan. Termino esta historia con bicicleta con una frase de Conan Doyle, que aunque muy buena, no siempre y en todo momento es aplicable, como por ejemplo a mi amigo en aquella mañana del mes mayo: "Cuando el día se vuelva oscuro, cuando el trabajo parezca monótono, cuando resulte difícil conservar la esperanza, simplemente sube a una bicicleta y date un paseo por la carretera, sin pensar en nada más". 

jueves, 17 de abril de 2014

NUESTRO JUEVES SANTO EN UNA IMAGEN



Así es, así pienso que es. Esta fotografía es del reconocido fotógrafo utrerano Pepe Florido, tomada casi al azar sin saber que los dos nazarenos éramos nosotros dos, justo hace un año. Pepe hablaba en la esquina del callejón Bohórquez con mi también amigo Manolo Morilla, cuando a nuestras espaldas oímos varios clics, y el resultado es este que compartimos. Un gran regalo y un inolvidable recuerdo personal. Con la postal de Pepe todavía más inolvidable.





viernes, 4 de abril de 2014

MICROLITERATURA (I) DESCRIPCIONES


Novela, novela corta, cuento, relato, microrrelato e incluso nanorrelato. La crisis parece que también ha llegado a la literatura, o más bien la literatura ha sido alcanzada por la crisis, o puede que se trate de optimizar los recursos (entiéndase literarios), o puede que sea la influencia de las redes sociales, de facebook, twitter o tuenti, donde todo es más corto, más intenso y más efímero también.

Influenciado por esta corriente o tendencia, se acompañan dos breves descripciones con sus dos fotografías, para hacer más gráfica aún ambas descripciones, donde una imagen sigue valiendo más que mil palabras, aunque aquí las palabras son unas cuantas menos.


El guardián de las alturas











¡Ahí lo tenemos! Desafiante, seguro de sí mismo, de que no se caerá de su balcón por mucho que ladre, midiendo los milímetros que sus pequeñas garras invaden del espacio que lo separa casi tres metros del suelo de la calle por donde pasan niños camino del colegio, también madres y padres acompañantes; lidera majestuoso el trío perruno en el que manda él, con la mirada firme ante mí, uno des esos que se atreven a pasar delante suya, y que encima es tan osado de ponérsele delante y mirarle a los ojos e incluso capaz de hacerle una foto, la  foto que lo inmortalizará sin su canina autorización como reconocimiento de la autoridad que ejerce sobre el espacio que domina. Parece que hasta posa el muy perro.


Plantación de grúas












Singular imagen, conjunto de distintos tamaños, formas y colores de esta maquinaria pesada, símbolo en otra época de la llamada burbuja inmobiliaria. Aunque hasta hace poco tiempo era frecuente su avistamiento, sobre todo aisladas o separadas y a no mucha distancia entre ellas, en determinadas zonas industriales se pueden encontrar plantaciones gruísticas similares o parecidas, apreciándose más y mejor a finales del mes enero, cuando parecen brotar al frío del penúltimo repecho de su conocida cuesta. El número de sus ejemplares suman hasta alcanzar la docena, como las unidades que podrían componer un buen ramo de rosas o de margaritas, con una ligera diferencia: estas grúas son propias de un mercado de alquiler; las rosas y las margaritas, normalmente, se regalan.